Los tres errores que condenaron al Dortmund contra el Madrid
En el cuento de nunca acabar que se convierte esta competición cada temporada, el Real Madrid se volvió a proclamar campeón de Europa en Wembley por decimoquinta vez. El equipo madridista completó un auténtico ejercicio de supervivencia contra un Borussia Dortmund superior en muchos tramos del partido, aunque finalmente los detalles milimétricos acabaron decantando la balanza -como de costumbre- a favor de los blancos.
Sin muchas más explicaciones lógicas que puedan explicar el enésimo éxito del equipo madridista en su competición fetiche, el Real Madrid acabó encontrándose con la victoria en Wembley gracias – en parte- a las infinitas facilidades concedidas por un rival que pecó de ingenuo en los momentos decisivos. El Dortmund plantó cara al Madrid, incluso llegó a ser ampliamente superior a sus rivales en muchos tramos del partido, aunque finalmente la historia la volvieron a escribir los madridistas.
El equipo alemán pasó por encima del Real Madrid, especialmente en una primera mitad donde merecieron terminar con más de un tanto de ventaja. La falta de acierto primero, la poca contundencia defensiva después… todos estos detalles acabaron por decidir una final que acabó levantando el Real Madrid por decimoquinta vez.
Nula efectividad arriba
Es complicado resultar vencedor de un partido si desaprovechas tus ocasiones, aunque hacerlo contra el Real Madrid en una final de Champions es sinónimo de comprar todos los números para la derrota. El campeón de esta competición parece invencible, en parte, por las múltiples ocasiones que desperdician sus rivales cuando los tienen en frente. El peso de las Copas de Europa conquistadas a lo largo de su historia parece hacer mella a unos jugadores que se apagan cuando tienen que vencer la mística invencible del equipo blanco.
El fallo incomprensible de Adeyemi en un mano a mano donde tuvo tiempo para pensar hasta cómo celebraría el tanto hacía presagiar tormenta para el Dortmund. Courtois se hizo gigante contra el atacante del equipo alemán, aunque tampoco hizo mucho Adeyemi por complicar la vida a un portero belga que solamente tuvo que cubrir el intento de regate del delantero.
Unos minutos después, Niclas Füllkrug se acabó topando con el poste cuando Courtois ya se encontraba batido. Los blancos hacían aguas en defensa, aunque tampoco parecía importarles mucho si su rival se dedicaba a desperdiciar ocasiones como si nada. El resultado final estaba cantado…
Fragilidad defensiva atrás
No puedes ganar una Champions League si no aciertas las ocasiones que tienes, aunque menos aún la puedes conquistar si dejas que un jugador como Carvajal consiga abrir el marcador en un saque de esquina. Lo que se presumía como una de las grandes armas del equipo alemán se acabó convirtiendo en su sentencia de muerte…
Nadie se explicaba como el defensa madridista había podido rematar tan libre de marca de cabeza, aunque poco importaba para un Dortmund que empezaba a verse fuera del partido a la que el Real Madrid se echó encima suyo. El segundo tanto, obra de Vinicius, llegó después de un regalo incomprensible de Maatsen, que entregó un balón franco a Bellingham para que asistiese al afortunado jugador madridista.
Sin suerte contra el rey del azar
Es innegable que para ganar la Champions League necesitas, como mínimo, que el viento sople a tu favor. A veces son decisiones arbitrales polémicas, otras errores incomprensibles de tu rival… sea como fuese, el Real Madrid volvió a tener la suerte de cara para levantar su decimoquinta Copa de Europa.
Toda la fortuna que tuvo el Real Madrid no la tuvo, ni por asomo, el Dortmund. El equipo alemán se quedó a escasos centímetros de abrir el marcador cuando el balón de Niclas Füllkrug se acabó estrellando en el poste de la portería de Courtois. Sin suerte contra el rey del azar estás perdido… lo demás, de poco importa.